Cuatro años y quince días tuvo la familia Veras y la sociedad que esperar, observando incidentes y triquiñuelas jurídicas de los acusados y sus defensores por dilatar el proceso, para escuchar que a Candy Caminero, quien apretó el gatillo, le impusieran 30 años de prisión.
Al autor intelectual Adriano Román, a Engels Carela Castro, Roberto Zabala, Arturo Ferrera y Franklin Reynoso, les impusieron 20 años de reclusión, mientras que a Francisco Carela Castro lo condenaron a diez años. Cuando el juez emitió su veredicto, Ramón Antonio Veras y su hijo Jordi se fundieron en un abrazo en medio del llanto.
Otros familiares y amigos presentes en la sala del Primer Tribunal Colegiado de Santiago también derramaron lágrimas, mientras una amplia batería de periodistas se abalanzaba sobre ellos en busca de su opinión por la sentencia evacuada por el tribunal compuesto por José de Asís Burgos, Sergio Furcal y la presidenta Anneuris Torres Mago.
Previo a emitir el fallo en primera instancia, contra los que intentaron acabar con la vida del joven profesional el 2 de junio del 2010, frente al canal 25 de esta ciudad, uno de los magistrados hizo un recuento de los pormenores del proceso, las pruebas aportadas, el rol de ministerio público, los datos de los testigos interrogados, alegatos de la parte agraviada y de los abogados defensores y de algunos de los inculpados.
Los magistrados justificaron su sentencia y, en muchos aspectos, rechazaron los requerimientos del ministerio público, que pidió 30 años para Adriano Román, y diez para Francisco Carela Castro, de los cuales solamente cumpliera cinco en Rafey.
Negro y Jordi Veras
Al ser cuestionado por los periodistas, Jordi Veras le dedicó la sentencia condenatoria en primera instancia a las víctimas del sicariato durante los últimos años en el país y a sus familiares, quienes no tuvieron su suerte de sobrevivir al atentado. La víctima del atentado hace cuatro años dijo que ese veredicto es una señal y mensaje para aquellos que se dedican a destruir vidas por encargo, de que no se quedarán impunes.
Al ser cuestionado por los periodistas, Jordi Veras le dedicó la sentencia condenatoria en primera instancia a las víctimas del sicariato durante los últimos años en el país y a sus familiares, quienes no tuvieron su suerte de sobrevivir al atentado. La víctima del atentado hace cuatro años dijo que ese veredicto es una señal y mensaje para aquellos que se dedican a destruir vidas por encargo, de que no se quedarán impunes.
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